Ravellenics 2016

Rainbow Shawl
Melena de león y bolso ovejil

A veces se gana y a veces se pierde. Esto es todo lo que llevo tejido de mi proyecto para el Ravellenics 2016 bien entrada la segunda semana de los Juegos y tengo claro que no lo terminaré a tiempo. He tejido poquísimo durante los días de vacaciones por razones que ya explicaré y para tenerlo a punto tendría que pegarme una auténtica maratón tejeril que no me voy a pegar.

Summer

Tardes tranquilas

Ha llegado el tan ansiado momento del año en que unos pocos se divierten a costa de la paz de otros. Esta vez sí: por unos días cambiaré calor, ruido, hedores varios e interminables noches sin dormir por un balcón donde podré tejer hasta hartarme mientras disfruto de la fresca brisa del mar al ritmo que marcan los Juegos Olímpicos. Y mojitos. Nos vemos a la vuelta.

BAMCAL 2016 — July

Poppy Afghan Square
Amapola psicodélica

Una vez superado sana y salva el mes de julio aquí estoy con mi cuadradito pertinente, aunque un poco más y no llego. Debo confesar que esta vez se han juntado mis poquísimas ganas de tejer con acrílicos peludos con un diseño un poco desgraciado, desde mi punto de vista, y he estado a punto de plantarme y saltarme este mes o hacer el cuadrado que a mí me diera la gana.

On my needles — July


Avanza el verano, el calor y se acentúa mi dejadez tejeril: una vez terminados mis proyectos pendientes (algunos de ellos aún pendientes de publicar aquí, como siempre) estoy dedicando las tardes a dormir tres horas de siesta, jugar al Videojuego y hacer alguna que otra escapada ocasional a la playa. A veces hago un esfuerzo y saco la máquina de coser. Pero muy pocas.

Así que este mes apenas estoy...

Teatime

Teatime
Hora del té

Es difícil ser amante del té en un país mayoritariamente cafetero. Pocas veces tienes la oportunidad de tomarlo en condiciones ya que por lo general lo que te sirven es un aguachirle con bolsita preparado con el agua de la máquina del café. O de comprarlo, aunque ahora se estén llenando las ciudades con tiendecitas franquicia donde te ofrecen delicatessen a precio de oro. Por no hablar de las tazas: o son de gruesa loza para café (demasiado pequeñas) y café con leche (demasiado grandes), o son de porcelana fina tan exclusiva que comprar una cuesta un ojo de la cara, no digamos ya un juego de media docena.